jueves, 24 de junio de 2010

* PERON, CRISTINA y el FMI*


*PERON y el F.M.I. Escrito por Juan Domingo Perón (1967)
"En casi todos los países adheridos al famoso Fondo Monetario internacional se sufren las consecuencias y se comienzan a escuchar las lamentaciones

Cuando en 1946 me hice cargo del gobierno, la primera visita que recibí fue la del presidente del Fondo Monetario Internacional que venía a invitarnos a que nos adhiriéramos al mismo. Prudentemente le respondí que necesitaba pensarlo y, enseguida, destaqué a dos jóvenes técnicos de confianza del equipo del gobierno para investigar a este”monstruo tan peligroso”, nacido según tengo memoria en los sospechosos acuerdos de Breton Woods. El resultado de este informe fue claro y preciso: en síntesis, se trataba de un nuevo engendro putativo del imperialismo. Yo, que tengo la ventaja de no ser economista, puedo explicarlo de manera que se entienda.

La política de las “áreas monetarias”, después del abandono del patrón oro, ha sido fructífera en acontecimientos donde siempre el negocio ha estado de por medio. Mediante diversas maneras de deformar la realidad, se ha conformado ya una larga historia a través del “área esterlina” como el “área dólar” y, aunque el pretexto fuera dar respaldo indirecto a las monedas de los países pobres de reservas de oro, en realidad de verdad, verdad todo ha sido una nueva forma de especular con la buena fe de los demás.

Hasta después de la Primera Guerra Mundial existió el “área esterlina”, que cobijó a numerosas monedas merced al oro de Inglaterra, que la guerra fue llevando paulatinamente hacia Fort Knox, hasta el extremo de que Gran Bretaña se vio en un grave problema para sostener su área monetaria. Lo intentó hacer fundando el Banco Central de Inglaterra y declarando a renglón seguido que, si antes el área esterlina estaba garantizada por el oro de Inglaterra, ahora lo estaba por el imperio inglés.

Pero resulta que Estados Unidos en el ínterin había acumulado casi el 80% del oro del mundo y dicta su famosa Ley Fiduciaria que establecía que quien presente un dólar en el Banco de la Reserva Federal recibiría su equivalente en oro. Esta promesa, aunque jamás se cumplió, tuvo la suficiente atracción natural como para forzar hacia el nacimiento del “área dólar”. Es así como, desde ese momento, el dólar pasa a ser la moneda de cambio en el mundo occidental, en tanto la esterlina deja de serlo.

Desde entonces, así como antes todas las semanas, desde la Torre de Londres, los ingleses anunciaban el valor oficial del oro, frente al pueblo y de viva voz, Wall Street se encargó de reemplazarlos en silencio y desde sus oficinas de la quinta Avenida, fijando el valor de la Onza Troy por el dólar americano sobrevalorado, con un precio político que, no obedeciendo a la ley de oferta y la demanda en el mercado áureo-internacional, les permitiera cobrar un Royalty en todas las operaciones en que interviniera esta moneda de cambio.

Poco después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, la pérdida de gran parte de la reserva oro de los Estados Unidos amenazaban gravemente la existencia del “área dólar”, gravedad que sigue aumentando con los gastos de posguerra, con lo que USA se colocaba en situación parecida a la de Inglaterra después de la guerra anterior si alguna Nación conseguía la formación de esa reserva. En consecuencia era preciso crear el instrumento necesario para consolidar el”área dólar”. El Fondo Monetario internacional fue la solución. En él participarían la mayoría de los países occidentales, comprometidos mediante una larga contribución al fondo, desde donde se manejarían todas sus monedas, se fijaría no solo la política monetaria, sino también los factores que directa o indirectamente estuvieran ligados a la economía de los asociados. La realidad después se encargó de ir mucho más allá, como podemos ver ahora, cuando llega la hora de los lamentos.

He aquí alguna de las razones, aparte de muchas otras, por las cuales el Gobierno Justicialista de la República Argentina no se adhirió al fondo Monetario Internacional. Para nosotros, el valor de nuestra moneda lo fijábamos en el país, como también, nosotros establecíamos los cambios de acuerdo con nuestras necesidades y conveniencias. Para el intercambio internacional recurrimos al truque y así nuestra moneda real fueron nuestras mercaderías. Ante el falseo permanente de la realidad monetaria internacional y las maniobras de todo tipo a que se prestaba el insidioso sistema creado, no había más recurso que hacerlo así o dejarse robar impunemente.

Ha pasado el tiempo, y en casi todos los países adheridos al famoso Fondo monetario Internacional se sufren las consecuencias y se comienzan a escuchar las lamentaciones. Este fondo, creado según decían para estabilizar y consolidar las monedas del”Mundo libre”, no ha hecho sino envilecerlas en la mayor medida.

Mientras tanto, los Estados Unidos se encargaban, a través de sus empresas y capitales, de apropiarse de las fuentes de riqueza en todos los países donde los tontos o los cipayos le daban lugar, merced a su dólar ficticiamente valorizado con referencia a las envilecidas monedas de los demás. "

 

* LA PRESIDENTA CRISTINA FERNANDEZ de KIRCHNER, HOY ANTE EL CONGRESO DE LA CONFEDERACION SINDICAL INTERNACIONAL en VANCOUVER, COMO UNICA ORADORA.
 
Defendió la participación de los Estados en la asignación de recursos y propugnó por modificar las instituciones de gobierno mundial para adaptarlas a la nueva realidad global.

En el inicio de su exposición, la Presidenta recordó que el modelo de desarrollo puesto en marcha en el país a partir de 2003 "a muchos les pareció un mero ejercicio teórico", pero hoy, a 7 años de su implementación, ha arrojado resultados positivos al sacar a la nación de una profunda crisis y al mejorar las condiciones de vida de millones de argentinos, afectados por las políticas de desinversión de los años 90.

Por otra parte, Cristina Fernández advirtió que "desde Argentina estamos viendo un escenario muy parecido al que vivió mi país en 2001, cuando implosionó el sistema económico y se defaulteó la deuda", en algunos países de la Eurozona afectados por la crisis internacional de los mercados financieros.

Al respecto, la Mandataria recordó que en nuestro país, la crisis de 2001 "había sido precedida de políticas de ajustes muy similares a las que hoy se están aplicando en la Eurozona" y que incluían "la vieja receta" que indica que "son los trabajadores, que no fueron invitados a la fiesta, los que tienen que hacerse cargo de la cuenta de los sectores financieros". En ese marco, Cristina Fernández memoró también que en Argentina "se ensayaron reformas de flexibilización laboral, algunas en un marco escandaloso de corrupción estatal, además de reducción de salarios, jubilaciones y pensiones", que agravaron la situación del país, en lugar de aliviarla.

"¿Cuál fue el resultado? ¿Hubo alguna mejora? No", enfatizó la Presidenta. Y agregó: "Al contrario, la crisis se aceleró, se precipitaron los hechos y Argentina cayó aún más en su PBI y, como no podía ser de otra manera, se vio imposibilitada de pagar su deuda y se declaró el default".

"Es un ejemplo que debieran tomar, no solamente los países, sino los organismos multilaterales de crédito y políticos, y el G-20 a la hora de adoptar soluciones y atacar el problema" generado por la crisis financiera, aconsejó la Jefa de Estado.

Por eso, recordó que durante la gestión de quien la precedió en el cargo, el ex presidente Néstor Kirchner, "propusimos reestructurar la deuda soberana en base a las necesidades del país y no a en base a un ajuste que sea pagado por los trabajadores, con caída del consumo popular", porque "el aumento del consumo iba a generar crecimiento del PBI que finalmente permitiera hacer honor a los compromisos adquiridos".

Señaló entonces que el ex presidente Kirchner dijo en aquel momento ante foros internacionales que "ningún muerto paga sus deudas, los únicos que pagan las deudas son los vivos", y bajo esa premisa se encaró la recuperación y finalmente el proceso de regulación de la situación financiera externa.

Pero, agregó, para poder llevar adelante esas transformaciones fue necesaria una fuerte "presencia del Estado en materia de inversión y gasto público, que siguiera dando sostenimiento a la economía y que interviniera fuertemente porque el mercado no es un buen asignador de recursos". "Esa es una responsabilidad ineludible por parte del Estado", remarcó.

Entonces, la Presidenta señaló que "luego de 7 años, la Argentina, que había defaulteado la deuda soberana más importante de la historia, acaba este martes de reestructurar el 92,4% de esa deuda, quedando afuera únicamente los fondos buitres, y ha hecho honor a todos y cada uno de los compromisos que contrajo".

Luego, describió el marco social en el que se desarrolló ese proceso de reparación: se ha recuperado el poder adquisitivo de los trabajadores siendo el salario mínimo vital y móvil de la Argentina, hoy el más importante de toda América Latina; se han celebrado más de 2 mil convenciones colectivas de trabajo, donde libremente trabajadores y empresarios han negociado los salarios; se han puesto los recursos de los trabajadores a disposición de la economía real con la reestatización de los fondos de jubilación y pensión.

Por otra parte, sostuvo que "tenemos que clausurar una etapa del capitalismo donde se creyó que el dinero generaba dinero por sí mismo sin necesidad de pasar por el circuito de producción de cosas vienen y servicios". Y también cerrar el proceso de "desarrollo desigualitario entre norte y sur". "Se debe comenzar a revertir eso para volver a retornar a la senda del crecimiento", aseveró la Mandataria.

También recordó que "el país hizo frente a la crisis prácticamente sin modificar su tasa de desempleo, y con instrumentos heterodoxos, porque nunca los problemas son iguales y nunca las sectores son iguales".

En ese período, "mi obsesión era mantener el vínculo laboral, evitar que llegue el telegrama de despido", admitió la Jefa de Estado, quien señaló inmediatamente que "un puesto de trabajo, se destruye en pocos segundos, pero reconstruir ese puesto de trabajo cuesta mucho más tiempo".

También resaltó la creación de la Asignación Universal por Hijo para aquellos trabajadores que no tienen empleo o aquellos que teniéndolo no tienen el mínimo vital y móvil". "Eso también que significó un fuerte incremento de la actividad económica", señaló Cristina Fernández. Y agregó: "fuimos, junto a China, los dos países que más medidas de carácter fiscal tomamos frente a la crisis".

Por eso, dijo que "sin el ánimo de presentarnos como modelos, porque nunca hemos creído en los modelos trasplantados acríticamente de una sociedad a otro", los países con problemas con sus deuda soberana "no deberían aplicar políticas de ajuste ni colocar a los trabajadores como variable de ajuste y sujeto de castigo". "Es una receta absolutamente equivocada, desacertada y a contrapelo de la historia, las políticas de ajuste no van a hacer más que agravar las situaciones", aseveró.

"La idea que queremos llevar - continuó la Mandataria - es la necesidad de una presencia de un Estado que intervenga activamente en las políticas contracíclicas y que, al mismo tiempo, comience una regulación a fondo del movimiento de capitales internacionales", a los que consideró como "una de las causas de la crisis que hoy vivimos". Y además, sostuvo que "es necesario reformular los organismos de gobierno global" porque "hoy seguimos manejándonos con los mismos instrumentos en las política y lo económica del año 1945, de la posguerra".

"Es necesario una reformulación a fondo de esos organismos multilaterales que dé respuesta a esta crisis global que amenaza con profundizarse" y "no sabemos cuáles serán las consecuencias si esto se profundiza", advirtió la Jefa de Estado. Y agregó: "no hay solo modelo para poder abordar con profundidad la crisis, pero son muchos los elementos que debe ser tomados en cuenta para entender que es imposible dar una respuesta con lo que se está viendo ahora arriba de la mesa: el ajuste".

Para la Presidenta, es necesario "alentar la demanda agregada", "generar más y mejor empleo" y "controlar el movimiento especulativo de capitales para que los sectores financieros que han sido fondeados con cifras multimillonarias vuelquen parte de esos recursos al financiamiento de la producción y los servicios"

"Nos costó mucho en estos 7 años obtener los resultados que hemos obtenidos en Argentina, pero falta mucho. Mientras haya un pobre, un argentino que no haya conseguido un trabajo decente y registrado, queda camino por andar", concluyó la Mandataria.

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