He vivido desde siempre a mi Argentina en carne propia, sufriendo cada dolor, cada herida. No se como se hace para vivir de otro modo, indiferente al alrededor, al destino comun...
Traigo en el alma la nostalgia de tiempos felices que no vivi, recuerdos que hacian lagrimear a mis abuelos y largos relatos que me contaban sobre aquellos primeros gobiernos peronistas. Pero en mi tiempo, las pocas veces que nos ilusionamos, nos bajaron de un hondazo, sin que podamos entender que era lo que habia pasado...
Quizas por eso disfrute tanto de los Festejos del BICENTENARIO. No me alcanzaban los ojos para ver y el alma para albergar tantas emociones...
En el final, al terminar de cantar el HIMNO a viva voz, y con los dedos en V en alto, iluminados por los fuegos artificiales compartiendo la alegria colectiva, la imagen de mis abuelos me llego de repente, y los ojos se me llenaron de lagrimas...
Como un video clip pasaron frente a mi las imagenes de las decepciones de tantos años, las esperanzas que nos despedazaron una a una, la impotencia de sentir que nunca iba a cambiar nada... A lo mejor era el camino, a lo mejor habia que pasar por ahi, para llegar aca a este presente cargado de esperanza y que siento tan propio, como si fuera algo que la vida me debia...
Entonces, mirando a mi alrededor, agradeci a Dios poder estar viviendo este tiempo, y por haber vuelto a creer que las UTOPIAS son posibles...
No hay comentarios:
Publicar un comentario