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domingo, 5 de mayo de 2013

*Reflexiones sobre el Periodismo*


“Hay que romper la certeza de un único periodismo”

Entrevista. Florencia Saintout. Decana de Periodismo UNLP. 

* Por Miguel Russo

La idea es averiguar cómo comunicar. Mejor dicho, desentrañar qué es lo que se rompió y qué es lo que hay que reformular dentro de la comunicación. La licenciada Florencia Saintout, decana de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata, abre el juego de evaluar qué es el periodismo. “Una de las cuestiones que me parece más interesante en este momento histórico es que vuelve a estar en reflexión, en duda, qué es el periodismo. Posiblemente no haya una única manera de ser del periodismo, o un único deber ser, o un lugar para el periodismo inmutable. Saber qué lugar debe ocupar el periodismo es un asunto de definición pública. No es algo que se define por especialistas o por expertos, sino que debería hacerse al calor de las discusiones públicas o de los debates públicos. Puede parecer una consigna, pero no lo digo en absoluto desde ahí, sino que el periodismo es algo que debemos definir como pueblo.”

lunes, 7 de enero de 2013

*Lengua del ultraje* de Horacio Gonzalez


*LIBROS RECOMENDADOS*

 

"Lengua del ultraje, de la generación del 37 a David Viñas"

AUTOR: Horacio Gonzalez
EDITORIAL: Ediciones Colihue
ISBN: 978-950-563-977-9
Código interno: 103977-9
AÑO: 2012



SINOPSIS:
En este ensayo de sesgo filosófico, cuyo tema es el honor y acaso su contraparte -el ultraje- Horacio González se acerca a un tema ético-político revisando un manojo de grandes polémicas nacionales: la que sostiene Esteban Echeverría con el sabio napolitano Pedro de Ángelis, la que enfrenta casi mortíferamente a Alberdi con Sarmiento luego de caído Rosas y la que a propósito de temas historiográficos fundamentales, opone a Mitre con Vicente Fidel López, el hijo del autor del Himno. 

A partir de allí se estudian algunos desenlaces que estas polémicas tienen en la literatura argentina posterior, en particular en las obras de Lugones, Borges y David Viñas. En todas ellas, el autor de este libro percibe la misma cuestión que había animado a aquellas polémicas, fundadoras del concepto mismo del intelectual argentino: el enunciado honorífico, la duda sobre si el mundo nos ultraja, la necesidad de tener una secreta hipótesis de confrontación y duelo con una realidad adversa o cruel.

No se trata de una historia de la historiografía argentina, de un imprevisto manual de retórica ni de una crónica sobre los intelectuales y su largo ciclo de querellas. Es un escrito sobre la relación de los textos con un mundo histórico violento, sacudido por guerras y desmesuras.


SOBRE EL AUTOR:
Horacio González, nació el 01/02/1944. Es Sociólogo, docente, investigador y ensayista argentino. Desde 2005 se desempeña como director de la Biblioteca Nacional. Es licenciado en Sociología (UBA). Doctor en Ciencias Sociales (Universidad de San Pablo, Brasil). 

Es Profesor de Teoría Estética y de Pensamiento Social Latinoamericano. Dictó cursos de posgrado y especialización: La sombra de Macedonio Fernández, Levi-Strauss, vigencia de una aventura intelectual, Hamlet y la política y Retórica y locura, entre otros.

Participó como conferencista y panelista en ciclos, cursos y seminarios en distintas instituciones nacionales e internacionales. Algunas de sus investigaciones son: Multitudes en la Argentina, Cien años de sociología en la Argentina y Usos sociales de la memoria

Fue cofundador de la revista cultural El Ojo Mocho y publicó varios libros y ensayos, entre ellos: La ética picaresca, Decorados, El filósofo cesante, Las multitudes argentinas, Restos Pampeanos y Filosofía de la conspiración.


FUENTE
EDICIONES COLIHUE
http://www.colihue.com.ar/fichaLibro?bookId=30925



*El periodismo, la verdad y la valentía* (Por Eduardo Anguita)

Domingo 27 de Mayo 2012

Horacio González, en Lengua del ultraje aborda muchos temas filosos entre los que no escapan el del rol del intelectual, de su relación con el pueblo, la necesidad de pensar por sí mismo, la de ser –o no– también un hombre (o una mujer) de acción. Incluye, en esas contradicciones, ‘la del mecanógrafo de los poderes’. 
En un interesantísimo libro que acaba de salir a librerías, Lengua del ultraje, el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González dedica una buena cantidad de reflexiones a una de sus tantas especialidades: los duelos. En este caso, no las historias de duelos a capa y espada sino los duelos retóricos. Es cierto que, años atrás, las disputas verbales podían terminar en el campo del honor mientras que en la actualidad, con suerte, pueden servir de agenda para los programas de chimentos.

Un caso emblemático de lance a espada a partir de dichos entre contrincantes fue el de Hipólito Yrigoyen y Lisandro de la Torre. Este último, santafesino y radical, tenía varias huellas en su cuerpo de otros desafíos. Conocía la esgrima y contaba con sólo 28 años. El otro, Hipólito, contaba con 45 y nada de experiencia. Eso sí, había estado a los tiros en la Plaza Lavalle, durante la Revolución del Parque, donde los radicales, además de las boinas blancas, no temblaron a la hora de disparar los fusiles para terminar con el régimen corrupto y pro británico de Miguel Juárez Celman. Aquello fue un 26 de julio de 1890, un día que quedó en el calendario revolucionario por la muerte de Evita en 1952 y por la toma del Cuartel Moncada por Fidel Castro y sus guerrilleros urbanos en La Habana en 1953. 

Volviendo a Yrigoyen, después de eso participó en varias conspiraciones, la mayor de ellas fue otro levantamiento en 1893. No obstante, a diferencia de De la Torre, no le gustaban los cruces de filo y contrafilo. Por algún motivo no lo pudo evitar y se trenzó con el santafesino. Fue en la madrugada, en el frío y las brumas de La Boca, y no pasó nada demasiado grave: parece que don Hipólito la sacó mejor pero los dos terminaron sanitos y continuaron, ambos, con un protagonismo relevante en la Argentina. Lo curioso del duelo entre Yrigoyen y De la Torre, para validar cierta vena trágica nacional, es que se trenzaron un 6 de septiembre, el de 1897. Es decir, 33 años antes del golpe pro británico y pro petrolero del salteño general José Félix Uriburu. 

Es cierto que algunos sectores patrioteros de la clase media estaban hastiados. El diario de Natalio Botana, Crítica, contaba las historias del diario de Yrigoyen, la devoción del presidente por el secreto y demás cosas. Pero la verdad del sentimiento profundo hacia el caudillo popular llegó con el masivo y espontáneo cortejo fúnebre, tres años después, con su muerte. Y Botana, con un diario que abría las páginas a excelentes plumas (Roberto Arlt y Raúl González Tuñón, por mencionar algunos) volvió a jugar fiero en octubre del ’45, cuando otro gran movimiento popular emergía en la Argentina. 

En cuanto a Lisandro de la Torre, fue también víctima de la Década Infame, ese período en el que muchos radicales pro oligárquicos se aliaron con un arco de partidos antipopulares. De la Torre se abrió y formó la Democracia Progresista y fue el gran denunciador de la connivencia empresarial y política en el mundo de la carne: los matones de los intereses británicos en los frigoríficos quisieron matarlo cuando era senador y Enzo Bordabehere –su discípulo y amigo– se interpuso y lo liquidaron. Esa muerte y la soledad política llevaron a De la Torre a quitarse la vida un tiempo después. Estas historias, tristes, tienen por telón de fondo los más tristes intereses de la colonización cultural y política de la Argentina, un país rico que siempre tuvo mucha gente pobre. Y no sólo pobre en términos materiales sino de gente degradada frente a los intereses de los poderosos.

Volviendo a González, "Lengua del ultraje" aborda muchos temas filosos entre los que no escapan el del rol del intelectual, de su relación con el pueblo, la necesidad de pensar por sí mismo, la de ser –o no– también un hombre (o una mujer) de acción. Incluye, en esas contradicciones, “la del mecanógrafo de los poderes”.


FUENTE:

MIRADAS AL SUR
(
Domingo 27 de mayo de 2012)



miércoles, 19 de diciembre de 2012

La Republica y los hipocritas





Democracia
Por Mariana Moyano
Editorial Sintonía Fina del 15-12-2012.

Se llenan la boca. A borbotones se les chorrean por las comisuras todas esas palabras grandilocuentes que de tanto emplearlas, las desgastan y de tanto usarlas, las destiñen. Y se les quedan así, vacías, huecas. Porque son puro “decir”, sin que nada de eso que declaman se les vuelva acción.

La que más les gusta es República, siempre y cuando la pátina sea aristocrática, elitista si se puede. Una república de iluminados y liberales, querrían. Pero no lo dicen así. No lo dicen. República, repiten. Y la presentan como una señora ultrajada, pero no por los explotadores de todos los tiempos, de todos los géneros y de todas las instituciones, sino por lo oscuro, lo subterráneo, lo que tiene poca representación en el mundo de arriba, lo popular. Y les da lo mismo que sea radical o peronista. Lo que les molesta es que lo hereje, lo siempre negado y vilipendiado, lo que viene del subsuelo cuestione, pregunte, pretenda cambios y, encima, los lleve adelante.

La República. Eso es lo que sostienen que les preocupa. Las instituciones, agregan. “En peligro”, termina la frase. Pero hablan poco de democracia. Y cuando la mencionan es para cuestionar que alguna formalidad, con la que carga la Argentina desde las épocas del primer Bartolomé Mitre ha sido trastocada, modificada o simplemente puesta en cuestión.

Dicen que la Argentina de los últimos tiempos no hace honor a sus hombres de gloria, a sus próceres, porque en la Patria actual reina el conflicto, el enfrentamiento, la división. Y así, con grageas argumentales bien esparcidas en un manto de vaguedad, pintan una postal del pasado en la cual, los hombres de Mayo, el Libertador San Martín, Belgrano, el mismísimo Sarmiento y hasta el jacobino Mariano Moreno hicieron el país tomando el té. En horario puntual, siempre limpitos y pidiéndole de muy buenos modos y con galanterías monárquicas a los diferentes y sucesivos imperios conquistadores que, por favor sean corteses y amables y nos devuelvan las tierras que consideramos nuestras. Muchas gracias, buenas tardes y como en un cuentito bien, pero bien infantil, un día amanecimos y teníamos presidente en lugar de un rey que nos comandaba océanos de por medio.

No les gusta el conflicto… No, no, momentito. No les gusta que el conflicto abandone la zona de penumbras. Que lo podamos ver todos y, por ende participar en él. No les gusta que se hable, que se sepa del combate inherente a la disputa de poder, o sea a la democracia.

No les gusta que aprendamos que ese choque no es otra cosa que el mecanismo para que algunos, que tienen todo, pierdan algo de espacio ante los que no tienen nada.

Porque, valga la comparación de hipercoyuntura, el debate por la riqueza, por la democracia no dista demasiado de la discusión sobre el espectro: se trata de algo finito, con límites. Es lo que hay. Y hay que repartirlo del modo más justo posible. Y no les gusta.

No les gusta que sepamos que esta puja es, fue y será motor de la Historia.

Entonces lo denuestan. Le achacan a otros un absurdo argumental: dicen que quien describe la existencia de un enfrentamiento es, en realidad, el que lo causa porque lo desea y ahí se mandan la zancadilla ideológica: en lugar de asumir que ellos también forman parte de la disputa, se ponen a buen resguardo a la vera de la historia y señalan al que asume la existencia de antagonismos, disputas y combates como quien propone la rivalidad y el choque como único mecanismo.
Así, quedan del lado de los exaltados, de los exacerbados y de los exacerbadores, de los desmesurados y de los crispados quienes sólo están sincerando un diagnóstico que, por otra parte, no es más que inevitable al quehacer social.

En voz baja y sin que nadie se dé cuenta. Todo, siempre, entre susurros. No vaya a ser que se oiga. Que todo se quede como está.

El libremercado, las rémoras de las dictaduras sucesivas enquistadas en el Estado bajo la figura de carta orgánica del Banco Central, los programas de estudio de las fuerzas armadas y de seguridad, el modo de considerar los testimonios de mujeres en un juicio por trata, los mecanismos de elección de jueces. Todo quietito y asumido como un fenómeno climático, y por ende, natural.

Nada de cuestionar a magistrados, que por algún designio divino ha de ser que están ahí. Que nunca se les ocurra. No meterse con los poderosos y menos nombrarlos porque la cantinela de las libertades liberales caerá con oportunidad de guillotina y toda completita sobre la nuca de quienes lo intenten.

No poner en cuestión los modos ya tolerados y establecidos de democracia formal, porque ésa es la única permitida. El dedo señalador, la mirada de sospecha y la desconfianza llevarán su caudaloso río de acusaciones, motes y fiscalizaciones hacia el rincón de la política explícita. Sindicatos, dirigentes partidarios, comités, manifestaciones organizadas, elecciones internas, comisiones internas y agrupamientos que pretendan un tantito más que una ONG serán cuando menos corruptos, cuando más fascistas.

Correr la línea de lo permitido por quienes creen que la Historia les ha asignado el derecho de conceder no es tarea sencilla. Esta obviedad no aceptada por los hipócritas e indignados comentaristas de la política, cuyo máximo esfuerzo militante es exclamar un oportuno “qué barbaridad” que libra de cargo y culpa es una verdad de hierro para quienes cargan décadas de poner cabeza y cuerpo en pos de algún, aunque más no sea, gestito emancipador.

A veces no se logra, pero el no obtenerlo tendría que ser la causa del desvelo porque con la democracia se debería comer, curarse y educarse. A 29 años de la reconquista, al menos pudor tendrían que sentir quienes se jactan, se enderezan, se acomodan la corbata o las faldas y pronuncian “DEMOCRACIA” engolosinados más con ellos que la nombran que con lo que ella misma implica.

Hablan de los modos pero molesta el modelo. Cuestionan los portazos pero les duele el aliado. Critican el grito pero temen la palabra. No es un problema de estilos, sino de avances.

Ponerse solemnes y separar la palabrita en sílabas no nos hace sus más conspicuos defensores. Ejercerla es levantar su bandera. Asumir el riesgo, los piedrazos, los sinsabores y las derrotas.
Bancarse el insulto y la penumbra, la puteada y la mayoría de las veces, la soledad. Esa que regala paciencia y templanza y que, a la larga, tiene premio. Porque contra quienes tienen razón, señores pacatos, por suerte, no hay manera.


FUENTE:

sábado, 8 de diciembre de 2012

La ignorancia sobre la Ley de Medios: 1º PARTE



Seria hora que los critican la LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACION AUDIOVISUAL, lean el texto de la ley para ahorrarnos leer tantas burradas. En especial si alguien es Diputado Nacional, y vicepresidente de la comision de libertad de expresion en la Camara de Diputados como el Sr.Gerardo Milman En un programa de TN, Milman señaló sus sospechas sobre cómo pudieron “estos mapuches” pagar “los 120.000 pesos que cuesta una licitación”. Y luego mostró su explicación : “Pasan la película de Néstor Kirchner” 

FIJATE LA IGNORANCIA: 
La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual EXIME de licitaciones y pliegos a los pueblos originarios. El artículo 151 pone estos casos en el derecho público estatal y permite autorizaciones directas para la instalación y funcionamiento de servicios de comunicación audiovisual por radiodifusión sonora (AM y FM), como así también de televisión abierta.

 POR ESO ANTES DE HABLAR INFORMATE...

Te dejo dos links para que puedas leer de que se trata:


miércoles, 28 de noviembre de 2012

Las miradas sobre el fallo de la Corte sobre cautelar de Clarin

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION

Los jueces del máximo tribunal decidieron no hacer lugar a la solicitud del Grupo Clarin y le ordenaron al juez Horacio Alfonso “el inmediato dictado de la sentencia definitiva” sobre la constitucionalidad del artículo 161 de la Ley de Servicios Audiovisuales.

Aqui el fallo completo de la Corte Suprema de Justicia de la Nacion.

¿Lo leiste? Ahora fijate, como los diarios titularon hoy. Cada uno haciendo eje en un punto distinto del fallo. ¿Como poder determinar realmente lo que dijo la Corte si solo lees un diario o te informas con un solo medio?

La verdad siempre depende del cristal con que se mire...









lunes, 15 de octubre de 2012

“Los medios se han transformado en el principal partido opositor”

  Filósofo argentino. Junto con Chantal Mouffe, inició la corriente de pensamiento posmarxista a partir de la publicación en 1985 de Hegemonía y estrategia socialista: Hacia una radicalización de la democracia. Fundó el Programa de Ideología y Análisis del Discurso de la Universidad de Essex. Actualmente es profesor distinguido en Humanidades y Estudios Retóricos de la Universidad de Northwestern y director del Centro de Estudios del Discurso y las Identidades Sociopolíticas (CEDIS), de la UNSAM. 

 

 Por Fernando Cibeira (para Pagina 12 - Domingo 14 de Octubre de 2012)

Visitante cada vez más frecuente al país, analiza el triunfo de Chávez y la anomia europea en clave de construcciones políticas. El peligro de la oposición salvaje y el de la blandura. El rol de los medios en Argentina


El filósofo Ernesto Laclau reside en Londres y tiene pautado viajar seis semanas por año a la Argentina, aunque reconoce que últimamente viene más seguido. Esta vez su llegada coincide con el ciclo Debates y Combates que la Secretaría de Cultura organizó en Tecnópolis, del que participaron también otros destacados politólogos, el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, y el líder de la izquierda francesa Jean-Luc Mélenchon .

Laclau recibe a Página/12 en el bar del Hotel Claridge poco antes de partir a la jornada de cierre del debate, todavía satisfecho por el resultado de la elección venezolana del domingo pasado y, como siempre, con el ojo atento a la realidad argentina.

–¿Le extrañó que el candidato opositor venezolano, Hernán Capriles, dijera que La razón populista era su libro de cabecera?
–No creo que haya dicho eso. De todos modos, si es su libro de cabecera, lo entendió poco.

–¿Lo dice por su propuesta de campaña?
–Por toda su intervención política, que apuntó a restituir el espacio político de la derecha en Venezuela. Muchas veces esos espacios políticos se construyen a través de discursos que no son formalmente de derecha pero que cumplen ese papel. En 1945, en Argentina, el discurso desde el punto de vista ideológico de la Unión Democrática, del Partido Comunista digamos, no era un discurso de derecha, pero funcionó políticamente como la plataforma electoral de la derecha. Eso pasa muchas veces. Yo había dicho que aquí grupos como Libres del Sur y Pino Solanas tenían como destino manifiesto terminar siendo aliados en un frente opositor antipopular, y eso es lo que está empezando a insinuarse.

–¿Lo sorprendió de alguna manera el triunfo de Hugo Chávez?
–No me sorprendió. Yo estuve unos días antes en la embajada argentina en Londres con la embajadora Alicia Castro y con un grupo de figuras de la izquierda británica, y todos coincidimos en que el triunfo de Chávez era ineluctable. Ha sido una victoria no sólo para Venezuela sino también para América latina, que está empezando una etapa en condiciones políticas y económicas mucho mejor que la que inició a comienzos de este siglo. Con la incorporación de Venezuela al Mercosur, la integración latinoamericana ha recibido un impulso fundamental. El Mercosur va a ser una potencia económica internacional de un peso considerable.
–¿Una derrota de Chávez hubiera revertido este proceso?
–No sé si lo hubiera puesto en peligro terminal, pero le hubiera puesto un freno.

–Si uno lee los medios de allá, da la sensación de que en Europa todavía les cuesta entender por qué los venezolanos siguen votando a Chávez. ¿Es así?
–En Europa hay una especie de cortina de humo que no sólo comparten por sectores de derecha sino también por algunos sectores de izquierda que forman parte de regímenes socialdemócratas, que tienden a coincidir en condenar la “deriva populista” de las revoluciones populares latinoamericanas. El problema es que la socialdemocracia europea se ha acoplado al tren del neoliberalismo. En casi todos de los países europeos la socialdemocracia ha jugado no un papel opositor al modelo dominante, sino un papel de complementación al modelo dominante.

–¿Cómo encuentra el clima político en Argentina, por estos días bastante centrado en la aplicación de la ley de medios?
–En Argentina la oposición política no logra construir un frente de fuerzas creíble. Eso es entendible porque ellos no pueden trascender el horizonte neoliberal que gobernó Argentina desde los mediados de los ’80 hasta el surgimiento del kirchnerismo. En esa medida, todos estos sectores están desaglutinados, sin propuestas reales. La única fuerza que consigue aglutinar una acción opositora son los medios, que se han transformado en el principal partido opositor. (Héctor) Magnetto es uno de los ejes de la acción opositora en la Argentina, incluso si él no actúa abiertamente en política. La acción opositora deriva hacia la acción social de los medios y estos sectores representan la única oposición creíble en este país.

–¿Usted también considera tan determinante el 7 de diciembre?
–Vamos a ver lo que pasa. Ahora se está jugando si va a haber una acción imparcial del Poder Judicial en términos de la demanda de Clarín o si va a haber una decisión cargada por la voluntad de crear obstáculos al Gobierno. El 7 de diciembre –o el 10, como dijo Cristina el otro día– es una fecha clave en el sentido de que el poder monopólico tiene que comenzar a desarticularse.

–En Argentina, la oposición, más que plantear un modelo alternativo al del Gobierno, plantea un discurso “institucionalista”, incluso uno de los motivos de unión opositora fue el rechazo a la re-reelección presidencial. ¿Cree que ese discurso es acertado?
–El argumento de un institucionalismo radical es típico de la derecha. Las instituciones nunca son neutrales, son la cristalización de la relación de fuerzas entre dos grupos y cualquiera que intente romper con esa relación de fuerzas iniciando un proyecto más radical va a chocar con el orden institucional vigente. Esto no significa que haya que pasar a un radical “antiinstitucionalismo”, de lo que se trata es de pasar a nuevas formas institucionales por las cuales las nuevas fuerzas intervinientes comienzan a expresarse. Eso me parece que está ocurriendo en Argentina. No hay el menor esfuerzo por parte del Gobierno por romper las normas institucionales vigentes pero sí hay, y eso lo considero positivo, un esfuerzo por crear una institucionalidad de tipo nuevo.

–¿Para esa institucionalidad de tipo nuevo sería necesaria una reforma constitucional?
–Hay quienes piensan que no, yo pienso que sí es necesaria. La última reforma constitucional de 1994 expresó la preponderancia del modelo neoliberal. Hoy, que el modelo está radicalmente cambiando, es necesario pasar a un orden constitucional nuevo. Se habla mucho de la cuestión de la reelección, pero no veo que eso sea tan sustantivo aunque estoy a favor de una reelección indefinida. No tiene que ver sólo por las circunstancias de Argentina sino con las circunstancias latinoamericanas en términos más generales.

–¿Se refiere a los liderazgos que surgieron en estos años?
–En la V República de Francia la centralidad de la figura de De Gaulle fue fundamental para crear un nuevo orden institucional, y nadie pensó en aquel momento que eso significara poner en cuestión el orden democrático. Formas institucionales nuevas son importantes para crear un orden jurídico nuevo en América latina.

–Hubo un cacerolazo en la Plaza de Mayo y hay otro en preparación. El Gobierno lo interpretó como una manifestación de sectores acomodados, ¿cómo lo ve usted?
–Es más o menos así. Son fenómenos periféricos. La última oposición con un programa hegemónico alternativo que surgió fue con la protesta en torno del campo. Hoy es, como Marx decía, que la primera vez es tragedia y la segunda comedia. Esto representa las secuelas del pasado, no creo que sea el polo de crecimiento de ninguna oposición real.

–¿No cree que alguien de la oposición puede capitalizar ese sector o ese malhumor?
–¿Pero quién es la oposición? Esto es un desperdigamiento de fuerzas sin significación alguna. Obviamente, van a hacer esfuerzos para tratar de capitalizar estos movimientos, pero la posibilidad de que tengan éxito me parece sumamente utópica.

–¿Por qué opina que el FAP y fuerzas afines van a terminar conformando un frente antipopular?
–En algún momento tuve la esperanza de que (Hermes) Bi-nner y las fuerzas que se agruparon alrededor de él pudieran generar una oposición creíble. Pero para constituir una oposición creíble es necesario compartir elementos fundamentales de un modelo. Un sistema político es aceptable en la medida en que las bases de un modelo de crecimiento sean aceptadas tanto por la fuerza hegemónica dominante como por los grupos opositores. Mi ilusión era que las fuerzas nucleadas en torno de Binner podían representar esa alternativa opositora dentro del mismo modelo nacional y popular que se estaba implantando en el país. Siempre va a haber personajes como Elisa Carrió, que van a empezar a vociferar en los márgenes del sistema, pero eso no cuenta. Lo que cuenta es si las fuerzas responsables que están en el interior del sistema pueden crear una convivencia institucional entre grupos diferentes. Pero si esas fuerzas, y éste es un mensaje para Binner y quienes lo apoyan, no son capaces de integrarse a un modelo que una fuerza socialista no puede poner en cuestión y empiezan a aliarse en una especie de coalición semigolpista, en ese caso la democracia argentina va a avanzar en direcciones que no son las preferibles.

–¿Cómo ve la situación del movimiento obrero, que quedó dividido en varias centrales?
–Representa la mejor expresión de que el movimiento obrero ya no tiene la totalidad estructural que tuvo en el primer peronismo. Es decir, el movimiento obrero sigue los clivajes que se van produciendo en el país. No me gusta la perspectiva de una división del movimiento obrero, pero creo que en esta circunstancia era inevitable. El afianzamiento del movimiento nacional y popular va a depender de que una fracción mayoritaria del movimiento obrero, como creo que está ocurriendo, se alíe a otras fuerzas que impulsen el modelo del gobierno.

–El Gobierno se ha hecho fuerte en la confrontación con diversos poderes pero, sobre todo a partir del cacerolazo, hay quienes piensan que tal vez la sociedad ya se cansó de esa confrontación. ¿Qué piensa usted?
–Sin una cierta confrontación, ningún sistema político democrático es viable. Uno de los problemas mayores que muestra la democracia europea es que hay por un lado un consenso entre la socialdemocracia y el liberalismo que representa un statu quo invulnerable. Entonces la gente empieza a sentirse no representada por el sistema de alternativa que el gobierno expresa. Cuando eso ocurre, el sistema político funciona mal porque si en el momento de las elecciones la gente no se ve confrontada con alternativas reales, hay indiferencia. Las expresiones de protesta, entonces, vienen de afuera del sistema. Lo que se puede llegar a lograr en América latina es un sistema político democrático mejor integrado en el cual haya confrontaciones reales. Que la gente que vote, por ejemplo en Argentina, por el kirchnerismo o vote por la coalición opositora tenga claramente el sentido de aquello por lo cual está votando. Si esa confrontación se crea y hay parámetros democráticos para el desarrollo de la confrontación, estamos consolidando la democracia en América latina. Si hay una confrontación tan radical que cada una de las fuerzas pone en cuestión la legitimidad del sistema institucional, vamos al desastre. Por otro lado, si se diluyera el momento de confrontación y, como en Europa, la gente se encontrara sin alternativas opositoras, habría también una disminución en la calidad democrática. Lenin decía que la política es siempre caminar entre precipicios. Entre el “ultrainstitucionalismo” y la confrontación absolutamente destructiva, hay que encontrar un camino intermedio. Confío en que en los próximos años vamos a construir el escenario en que esa confrontación, dentro de un marco democrático, sea posible.

FUENTE:  http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-205556-2012-10-14.html

 

 

sábado, 18 de agosto de 2012

*El partido de los medios*




Luis Bruschtein

Escuchar la radio o leer el diario antes de salir a trabajar es casi un acto instintivo de buscar información. En un manual se diría que los seres humanos necesitan alimentarse y sobrevivir, antes era salir a cazar con la tribu y ahora tener un trabajo. Y para poder hacerlo necesitan conocimiento e información. Ambas constituyen necesidades básicas de las personas y de los pueblos.

Se asume que la educación –que proporciona el conocimiento– puede estar mayoritariamente en manos del Estado. Pero con la información –que se difunde y genera a través de los medios– se considera en cambio que no debe ser así, lo cual tiene sentido aunque dicho de esa manera no se vea la diferencia con la educación. En ambos casos está latente el peligro de la manipulación tanto por parte del Estado como de los privados. La diferencia es que la educación en el caso del Estado es más fácil de controlar, que la privada, por parte de la comunidad.

En contrapartida tiene una lógica que el Estado no monopolice la información o no maneje la mayoría de los medios porque parte de la información tiene que ver con las actividades del mismo Estado. Se considera que, en ese caso, los medios tendrían todos un mismo perfil. Se asume entonces que es mejor que los medios estén fuera del Estado, aunque tengan una función comunitaria ya que la información es una necesidad básica. O sea que los medios privados y públicos tienen que ser herramientas para satisfacer esa necesidad básica que es el derecho de los pueblos a ser informados. La libertad de prensa se deduce de ese derecho.

En el mundo se han ensayado distintas formas de organizar el sistema de medios. En el caso de Europa, se acepta que los medios no están aislados de la sociedad y que tienen una visión política. Entonces hay medios de izquierda, centroizquierda, centro, centroderecha y derecha. Sucede así en la mayoría de los países europeos, donde la diversidad está más en la presencia de medios con distintas miradas, que en el seno de las redacciones.

Otro sistema se ejecuta en los Estados Unidos. Se parte de concebir a la información como neutral. A pesar de las grandes empresas sobre las que están sustentados y el complejo sistema de interrelacionamientos económicos y políticos que tienen, los medios más importantes, con algunos matices, se califican a sí mismos de independientes y elaboraron máximas estrictas de procedimiento para preservar esa supuesta calidad neutral de la información y de los medios.

En Estados Unidos, los antagonismos sociales y políticos están suavizados por asentarse en una economía de gran potencia. Es un país en guerra exterior permanente, hegemonizado por dos partidos que se diferencian apenas por matices, manejado por un sistema de lobbies que incluso está reglamentado y donde la cultura dominante ha naturalizado el desprecio y la demonización de cualquier posición de izquierda. En ese esquema, donde todo es cuestión nada más que de matices y la controversia real es muy minoritaria, es lógico que los medios también se diferencien muy poco. Y esa amplia coincidencia de enfoque genera la falsa idea de una verdad mediática neutral y objetiva.

El sistema de medios en Argentina es explicado ahora copiando el bagaje ideológico del sistema norteamericano. Con la diferencia de que aquí los antagonismos no están suavizados, hay profundas brechas entre ricos y pobres, es un país que tiene disputas políticas fuertes y donde las grandes empresas, la Iglesia, los gobiernos norteamericanos y organismos financieros internacionales han intervenido históricamente con total impunidad en las decisiones de los gobiernos, en la designación de funcionarios y ministros y en el impulso de medidas. Por más que se insista en la neutralidad de la información, las únicas miradas mediáticas comunes sobre la realidad –que siempre son falsas–, aquí no se construyeron ni siquiera sobre la base de esa falta de antagonismo y de guerras externas, sino sobre la base de coincidencias corporativas impuestas a la sociedad, como sucedió tan claramente durante la era de los golpes militares. El lenguaje común de esos medios supuestamente independientes se construyó sobre la base de un funcionamiento corporativo asentado en sus intereses económicos como grandes empresas y en el de sus principales avisadores, también grandes empresas.

Cada quien puede difundir lo que le parezca, esa es la idea de la libertad de prensa, pero pretender que toda la sociedad acepte esa información como neutral y absoluta es hipócrita. En ese sentido es mucho más democrático el modelo europeo que no intenta poner el eje en la neutralidad y que blanquea los diferentes abordajes que se pueden hacer de la realidad.

Y otra de las grandes hipocresías que se ha puesto de moda sobre todo en carreras de comunicación en universidades privadas es presentar el ejercicio del periodismo como una profesión liberal, donde los periodistas tienen libertad de prensa y pueden escribir de lo que se les ocurra, incluso si va en contra de sus avisadores y de las empresas que los contratan.

En América latina en general, la pauta privada de publicidad es muy reaccionaria. Un empresario puede expresarse como progresista, pero le gusta poner avisos en los medios más conservadores. El discurso de la neutralidad dice que el aviso va al medio que tenga más circulación sin importar su línea editorial. Es fácilmente demostrable que no es así: entre dos medios con circulación parecida, la pauta siempre derivará al que sea más conservador. Es decir que la empresa dueña del medio ya está condicionada por los avisadores. A su vez como gran empresa, tiene sus propios intereses y proyecciones políticas.

El periodista tiene que buscar trabajo en ese escenario lleno de fenomenales condicionamientos económicos y políticos. No hay nada menos liberal o independiente. Por supuesto que se generan brechas y contradicciones por donde los periodistas pueden colar sus ideas y hay periodistas –muy pocos– que han ganado espacio por su propio peso, pero en general esas brechas se cierran cuando el conflicto, sea político, social o económico se agudiza en la sociedad. La mayoría de los periodistas famosos lo sabe, pero prefiere la comedia del periodismo independiente porque les facilita su trabajo. Ir contra la corriente es muy difícil: implica menos salario, menos infraestructura, más inseguridad laboral. Hasta no hace mucho era casi imposible llegar a la televisión. Y eso, en el mejor de los casos y siempre y cuando se puedan generar esos espacios.

Ese discurso de los grandes medios se impone desde esa hipocresía y trata de ocultar la carga ideológica de sus planteos detrás de una supuesta independencia y neutralidad. Para los periodistas que se autoproducen todavía es más difícil trabajar y hacer negocio sin plegarse a ese discurso. Tienen pocas alternativas porque ese discurso, además de garantizar publicidad y espónsores, abre las puertas de la academia y asegura el beneplácito de los que forman ese sistema.

La propuesta de Cristina Kirchner para elaborar una especie de manual de ética profesional de los periodistas tendría sentido en un sistema menos hipócrita. Institucionalizar la situación actual del sistema de medios sería como apuntalarlo y el famoso tribunal de ética terminaría siendo aplicado no a quienes hacen lo-bbies encubiertos o reciben sobres por debajo de la mesa, que es una costumbre más común de lo que se quiere admitir, sino a los periodistas que traten de ejercer la profesión por fuera de los criterios mentirosos de ese sistema.

La aplicación de la ley de medios apunta a transformar en forma progresiva esa realidad. Chocará contra esa pauta de publicidad tan reaccionaria, típica de país periférico, lo que hará difícil la sustentabilidad de los nuevos medios que puedan surgir. Podría decirse que la formidable tensión de las contradicciones que generó el debate por esa ley en el ambiente mediático puso muy en evidencia la fragilidad del discurso de la neutralidad y la independencia. El público tiene derecho a saber qué piensa el medio y los periodistas que le ofrecen la información. No se trata del fútbol, donde los periodistas siempre ocultan el club del que son hinchas.


FUENTE
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-201349-2012-08-18.html

martes, 14 de agosto de 2012

Fuerte repudio de estudiantes de la Undav ante artículo de Clarín




Texto completo de la declaración estudiantil, acompañada y aprobada por el pleno del CONSEJO SUPERIOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE AVELLANEDA,  ante el artículo del Diario Clarín, donde se intenta menoscabar el trabajo realizado en las Universidades del Conurbano.


 Avellaneda, 8 de Agosto 2012

"El Claustro Estudiantil solicita poner a consideración del Consejo Superior la presente como declaración de repudio a la nota publicada por el Diario Clarín, del pasado domingo 29 de Julio del corriente año: “Las Universidades K: poca oferta académica y muchos contratos”, en la que se hace referencia en forma explícita y falaz a nuestra Universidad Nacional de Avellaneda.

Asistimos en los últimos años a una profunda transformación del periodismo. El develamiento de ciertos mecanismos utilizados como estrategias periodísticas que hasta hace muy poco eran consideradas como naturales y aceptadas como “legitimas”, trajo luz sobre las diferentes formas en que se realiza esta práctica.

Las noticias no son hechos naturales, sino construcciones que se realizan a través de un recorte preciso de la realidad, mediado por el marco subjetivo de interpretación de esos acontecimientos visibles para todos. El observador elige cual será su enfoque de acuerdo a su ideología, su mirada o sus intereses particulares.

El periodismo como toda ciencia social, esta tamizada por la subjetividad de aquel que lo ejerce. Esto tan simple y de sentido común, ha sido ocultado sistemáticamente y constituyo la base sobre la que se construye una idea de “periodismo independiente”, como modelo de “objetividad” y “neutralidad” que no existe, que se muestra como “puro” y que ha servido como relato, para denostar a aquel otro periodismo que asume y explicita su compromiso con su ideología y su comunidad.

Sin dudas se impuso un sentido desde una posición dominante, que se fue consolidando a lo largo de toda nuestra historia, y contemporáneamente a través del terror de la dictadura del 76, y luego en los ‘90 a través de un discurso interesado que favorecía los intereses económicos de corporaciones y empresarios que se beneficiaron con el alejamiento de la gente de la política. A esta se la asocio a “corrupción”, a “negociados” y a intereses mezquinos, quitándole el sentido más altruista de solidaridad y construcción colectiva como forma de modificar la realidad, lo que permitió la libre acción de poderes económicos corporativos disfrazados de “eficientes” y “sin ideología”.

A partir del 2003 se produce un nuevo acercamiento de la gente a la política que la revaloriza, al demostrarse claramente que la respuesta a los problemas de cada uno está en la fuerza de la organización colectiva y no en el repliegue individual. Eso ha sido lo que ha cambiado el sentido, que vamos construyendo desde un nuevo paradigma cultural, que incluye nuestra mirada individual pero dentro de un contexto colectivo que nos atraviesa y que nos da identidad.

Gracias a eso, hoy podemos ver cómo van cayendo los velos, y aparecen expuestos aquellos que durante décadas han manejado la agenda pública que mediatizaba la realidad e incidían en los temas de los que hablábamos los argentinos. Hoy está claro, cuánto nos ocultaron, cuánto tergiversaron, y cuánto mintieron. Hoy depende de cada uno de nosotros elegir en qué lugar se para, para llegar a toda aquella porción inmensa de la realidad a la que no nos es posible acceder.

Como estudiantes, nos sentimos orgullosos de pertenecer a una Universidad Nacional que construye conocimiento a partir de su compromiso con la inclusión social desde una mirada con identidad colectiva que valoriza y rescata la historia de su comunidad. Esta es quizás la diferencia más notable a la que aspiramos, la formación de profesionales con compromiso social, lejos de aquel modelo hegemónico donde la practica periodística está regida por las leyes del mercado y la competencia por rating o audiencia en la que todo vale, sin la menor responsabilidad con lo colectivo ni respeto por el prójimo.

En la nota de referencia se demuestra que desde allí, apelan a la falsedad y a la tergiversación como forma de lograr sus objetivos que han dejado de ser los de informar. Han perdido el norte de la veracidad y los principios éticos que debiera regir toda práctica periodística, sacrificando en pos de operaciones políticas, el eje central de la confiabilidad y la rigurosidad de las fuentes informativas, y desde allí construyen sus noticias y sus “relatos”. No se trata sólo de una posición ideológica o de una mirada distinta, sino de un mecanismo de extorsión para imponer aquellas políticas que benefician a sus intereses económicos en detrimento de las mayorías.

Es por ello que, advertidos de la clara intencionalidad de esta campaña de desprestigio de las empresas periodísticas monopólicas, tendientes a dañar un proyecto de país inclusivo y más justo, consideramos necesario convocar a toda la Comunidad Universitaria a manifestarse en defensa de la UNDAV, de las Universidades Nacionales del Conurbano y del proyecto educativo de Educación Superior llevado adelante desde el 2003, que garantiza el acceso al conocimiento a amplios sectores sociales excluidos históricamente de la enseñanza universitaria."

miércoles, 20 de junio de 2012

RadioReportaje: Inclusion Educativa y Nuevas Universidades







"ABRIENDO PUERTAS"
Un programa sobre Inclusion Educativa y Nuevas Universidades Nacionales.

Radio Reportaje realizado en el marco de las consignas planteadas por la Catedra de "Planeamiento y Financiacion de Emprendimientos Comunicacionales" de la Universidad Nacional de Avellaneda.

Año 2012


martes, 15 de mayo de 2012

*Lanata y los Fiscales Facticos de la Republica*



Lanata dice "Queremos preguntarle al PODER las cosas que hace"... 
El otrora periodista (ya no lo es) que deschavo al Multimedios Clarin con su monopolio periodistico, que nos explicaba como esos tipos controlaban lo que escuchabamos, lo que pensabamos, lo que elegiamos y hasta lo que nos gustaba o entretenia... 
...Ahora por dos mangos con cincuenta, se dio cuenta , que a pesar de los 300 medios donde construyen opinion publica y te "relatan" el pais y el mundo de acuerdo a su propia mirada y sus propios INTERESES ECONOMICOS (la mirada de unos tipos que NO ELIGIO NADIE y  que quieren convertirse en CONTRAPODER FACTICO de la DEMOCRACIA)... Resulta que ahora cree que ESOS, son los debiles, y que el PODER TIRANICO Y DICTATORIAL esta en Balcarce 50, la sede de un GOBIERNO DEMOCRATICO ELEGIDO POR LA MAYORIA DEL PUEBLO ARGENTINO
¿Realmente con esa paparruchada creen que van a convencernos que toda esa sarta de MERCENARIOS A SUELDO DE MAGNETTO, CLARIN Y LA NACION, y otros cuantos arrastrados mas, son INDEPENDIENTES y expresan a TODO EL PERIODISMO???? 
¿Esta puesta en escena no es llevarse puestas las Instituciones del Estado? Estan exigiendo una interpelacion propia del Poder Legislativo, un pedido de informes que es atribucion del Poder Judicial. ¿Desde cuando estos monopolios periodisticos representan a los argentinos? ¿Quien los voto? ¿Los cuidadosamente elegidos para determinar el rating medido por una de sus empresas? 
La desesperacion que les desperto el darse cuenta que ya no manejan el Congreso, ni a toda la oposicion  politica, los hizo ponerse en evidencia, y poner la cara. ¡Si Señoras y Señores, estos son la "verdadera oposicion", que  representa la defensa economica del modelo neoliberal que destruyo la Argentina y a la que la ciudadania le dio la espalda en las urnas!
Estan acostumbrados a sentirse los "fiscales" de la Republica, pero no lo son. Deberian cumplir con la funcion que les esta encomendada que es la de "INFORMAR", sin apelar a tergiversaciones, mentiras y operaciones berretas armadas por los que manejan los hilos del poder economico.
Estos payasos no son periodistas, son operadores politicos de las corporaciones y el poder financiero...Son reaccionarios que no pueden bancarse que esta vez exista un GOBIERNO que trabaja para los INTERESES DEL PUEBLO, SIN APRIETES DE LAS CORPORACIONES, ni teniendole que rendir cuentas a estos LACAYOS, cuya indignacion gorila los lleva a estar contra los intereses del PAIS y de su PUEBLO.
Solo aquellos cuyo odio les nubla la razon, pueden avalar este tipo de aprietes soberbios de aquellos que durante muchos años se creyeron "las vacas sagradas" del Periodismo...

 

miércoles, 28 de marzo de 2012

*La criminología mediática en la prensa hegemónica*





De Etchecopar a Zaffaroni: la criminología mediática en la prensa hegemónica

Ahí están otra vez. Esconden la nave en algún rincón oscuro del conurbano y salen de nuevo, armados, dispuestos a todo. A matar o morir.” ¿Quién es el pregonero del terror? La maquinaria de la criminología mediática  aceita sus engranajes y comienza a rodar; no estamos seguros, dicen, ante un “ellos” cuyos márgenes son cada vez más difusos.

El caso Etchecopar: Los estereotipos a la licuadora. 
El asalto al conductor radial y televisivo Angel “Baby” Etchecopar predominó en la escena mediática de la semana pasada. Su peculiaridad no radica únicamente en que la víctima es un destacado portavoz de las políticas de mano dura en materia de delitos; el aspecto más relevante lo constituye el hecho de haber encarnado como pocos esa síntesis de estereotipos  cuyo objetivo último es instalar una sociedad de control frente a una población inerme.

Así, el tratamiento de la noticia que los diarios Clarín y La Nación efectuaron en relación al tema, se centra en caracterizar a los asaltantes como aquellos potenciales asesinos, delincuentes reincidentes, menores y marginales que habitan en aquellas “escuelas del delito” que son las villas de emergencia. Son “ellos”, un otro diferente y peligroso, que no teme a matar nia perder la vida.

La pieza periodística “Los marcianos atacan de nuevo” (Clarín, domingo 18-03-12) es un claro ejemplo de la construcción estereotipada del “ellos”. La idea de un extraterrestre, “ajeno al cuerpo social”, diferente a nosotros y temible, no lo constituye solamente  el que comete el delito, sino que proviene, a decir del teórico del derecho Dr. EugenioRaúl Zaffaroni, “del mundo más amplio de estereotipados que no cometieron ningún delito y que nunca lo han de cometer”. ¿Quiénes pueden formar parte de este universo de diferentes? Desde identidades étnicas, de clase, grupos etarios (los “adolescentes”, los “menores” en general) socioculturales (los “pibes chorros”) potenciales integrantes de una marginalidad vaga que en cualquier momento puede atentar contra el orden establecido.

Para el diario Clarín, los jóvenes que viven en el barrio de los asaltantes de la casa del conductor  forman parte de una “bomba social” que no se desactiva: son “los jóvenes de la banquina, sin nada que hacer”, cuyo único destino es  “un horizonte de revólver y muerte”. Son el “ellos”,  “los pibes que todavía no salieron a robar, pero que pueden empezar esta tarde, mañana o la semana que viene”, porque la criminología mediática opera de ese modo: universalizando al “delincuente”, imponiendo su particular visión del universo social plagado de prejuicios. 

Otro de los estereotipos más frecuentes es el de la “reincidencia”: se trata de destacar que el asaltante volvió a cometer un delito gracias a la impunidad promovida por aquellos jueces que le otorgan, pese a sus antecedentes, la libertad. Así, en su edición del 14/03/12, La Nación titula: “En libertad condicional, salía a robar”, mientras explica que “Hasta anoche, ningún integrante del Tribunal Oral de San Martín que le otorgó ese beneficio al sospechoso explicó por qué excarceló al imputado, a pesar de los antecedentes que tenía”. 

Por otro lado, la criminología mediática apela a la empatía sólo en el caso de la víctima: utiliza casi únicamente como fuentes a sus familiares y amigos,  construye un perfil de “buen ciudadano”, y recurre a citas de autoridad y oficiales para legitimar la autodefensa a cualquier costo: en una nota del 17/03/12 titulada “El intendente de San Isidro defendió la reacción de Baby Etchecopar”, La Nación justificaba el homicidio cometido contra uno de los asaltantes: “Gustavo Posse dijo que el periodista ‘no tuvo opción’ ante la agresión que sufrió su familia en el asalto en su casa”. Clarín cita al Fiscal interviniente en el caso, Dr. Andrés Zárate: “para el fiscal, la acción de ‘Baby’ Etchecopar fue un caso de legítima defensa”.


La realidad presentada como tragedia
Eugenio Raúl Zaffaroni plantea que, en ocasiones, la criminología mediática da con la víctima ideal, capaz de provocar identificación en un amplio sector social, y en tal caso la convierte en vocera de su política criminológica, consagrándola como víctima héroe. La aplicación de este recurso por parte de Clarín y La Nación puede ejemplificarse con exactitud en el tratamiento que dichos medios realizaron sobre la muerte de un peluquero de la conurbanísima Lanús en ocasión de robo.

En la pieza “Lo mataron de un balazo en el corazón para robarle el auto”, publicada el 15/03/12, La Nación apela al testimonio de la madre del peluquero asesinado: “Lo mataron como a un perro de un balazo en el corazón” dijo, conmovida, la madre de la víctima, María Esther. La otra fuente, la esposa, es otra víctima a la que la criminología mediática fagocita en el peor momento de vulnerabilidad, “interrumpiendo brutalmente el camino de elaboración del duelo, o sea de restablecimiento de su equilibrio emocional” (E.R Zaffaroni). Así, a decir de La Nación, “Consternada, muchísimo más dura fue Romina, la mujer de Ayala que dijo:Me quedo sola con mis hijos por estos delincuentes de mierda que lo asesinaron por un auto de porquería. Estoy podrida de estos pendejos de mierda que tienen 14 años y los largan de vuelta porque son menores de edad. Los tienen que matar a todos”.

Las duras declaraciones de Romina no fueron puestas al azar, ya que en ellas están implícitos temas que son debatidos frecuentemente al interior de la sociedad, como lo son la baja de la edad de la imputabilidad o la pena de muerte, temas controvertidos a los que se pretende dar legitimidad mediante el testimonio directo de una víctima. La empatía generada hacia ella permite que sea políticamente correcto, o al menos comprensible, plantear la pena de muerte.“Por supuesto que estos shows seleccionan algunas víctimas y ocultan otras, procurando sugerir discursos vindicativos y represivos a las seleccionadas” (E.R Zaffaroni).

Al día siguiente, La Nación vuelve a reproducir el estereotipo de menor delincuenteen la pieza: “Cuatro detenidos por el crimen de Axel Ayala”, cuya bajada enfatiza “Cuatro personas, dos de ellas menores de edad fueron detenidas”.

Clarín lleva la emotividad y la empatía al extremo al reproducir el testimonio del hijo de siete años de la víctima: “no puedo llorar, mi papá me dijo siempre que tenía que ser un hombre fuerte”. La pieza en que esta declaración aparece, tiene el gráfico título Sueños rotos, y en ella se describe la vida de un laborioso trabajador del conurbano, que a base de esfuerzos había conseguido comprar el auto, al que unos delincuentes impidieron alcanzar su nueva meta de la casa propia (Clarín 15-03-12).

Por su parte la Nación, ese mismo día narraba: “Otra víctima de la inseguridad, otro golpe del delito. La violencia parece no detenerse en el conurbano bonaerense. Ayer fue el turno de un joven de 31 años,-padre de un nene de 7 años- en Lanús, al que para robarle el auto mataron de un tiro en el corazón”. Lo que aquí se destaca era su condición de padre de un niño de siete años, para aumentar la sensación de odio e impotencia, dato que nunca aparece cuando se elimina a un “ellos”: a nadie parece interesarle el niño que se queda sin padre cuando el asaltante es asesinado.


Nadie escapa a la inseguridad
Si bien la construcción de la victima predilecta por la criminología mediática corresponde al estereotipo del trabajador de clase media, padre de familia, buen contribuyente, respetuoso de las leyes que debe soportar el acecho constante de un “ellos” peligroso, otras tácticas más sutiles, pero no por ello menos efectivas, refuerzan esa sensación de constante amenaza. Así, los medios hegemónicos instalan en el imaginario social la idea de que hasta aún aquellos que son los responsables de garantizar la seguridad de los ciudadanos, tanto como quienes se constituyen en referentes de la defensa de los derechos humanos y de las garantías constitucionales, sufren las consecuencias de la “escalada del delito”.

En su edición del 17/03/12, el diario La Nación publicó una pieza periodística acerca del secuestro extorsivo de la familia de Juan Zabaleta, “secretario administrativo del Senado y mano derecha de Amado Boudou”. El  título “Un secuestro de tres horas que inquietó en el poder”  lleva implícita la idea de que el hecho delictivo no escapa al poder político, reforzando la representación de un estado impotente, incapaz de resolver las problemáticas que la criminología mediática identifica como prioritarias en la sociedad.

Algo similar ocurre en la edición del  14/03/12 del diario Clarín, con la pieza titulada “Brutal asalto a una Madre de Plaza de Mayo en su casa de La Plata”, donde esta vez son aquellos que velan por las garantías constitucionales, incluso las de los “delincuentes”, las víctimas de un “ellos” que hasta parece “ensañarse” hasta con sus supuestos defensores: “Se ensañaron conmigo cuando les dije que era Madre de Plaza de Mayo”, declaraba a Clarín Nora Centeno tras el episodio.

Estos mecanismos a los que recurren los medios hegemónicos tienen como objetivo instalar en el sentido común popular la percepción de un estado ausente, indiferente al reclamo ciudadano de mayor seguridad en las calles, corrupto institucionalmente e impotente que ejerce un abandono del espacio público al no dotarlo de los recursos tecnológicos y humanos necesarios para hacer efectiva una sociedad de control. Así, para Clarín el estado perdió el poder de disuasión (“Inermes ante el matar por matar”, Clarín, 13-03-12) mientras la justicia brilla por su ineficiencia; así a decir del Dr. Zaffaroni “La consigna de la criminología mediática, según la cual a mayor represión corresponde menor libertad y mayor seguridad, impulsa una política que procura un control que neutralice políticamente a la población excluída o marginada acosta del sacrificio de muchas vidas humanas”.


Zaffaroni vs. Grondona
Pero si alguien cumple un rol estratégico en la construcción de los estereotipos de que hace uso la criminología mediática, es el intelectual orgánico a las clases hegemónicas.Si hay alguien en el universo mediático que encarne a la perfección a este tipo de intelectual es Mariano Grondona, quien constituye una referencia ineludible en la difusión de la parcialidad de los medios hegemónicos.

En su columna de opinión del domingo 18-03-12 en La Nación, titulada “Los jueces los liberan y ellos vuelven a matar”Grondona ofrece una interpretación teórica y política de las causas principales de la proliferación del delito en Argentina, a saber: la propagación de una teoría del derecho que incita a la impunidad: la teoría abolicionista de la pena. No se trata ya del clásico debate entre “garantistas” y quienes exigen “mano dura”, interpretaciones ambas de la teoría liberal. De hecho, Grondona reconoce en nuestra constitución nacional una interpretación garantista del derecho; la amenaza reside ahora en una teoría que se aleja peligrosamente del encuadre liberal de que toda sociedad occidental y moderna dispone. Así el abolicionismo, doctrina que interpreta al victimario del delito como víctima oprimida del sistema, cuyos derechos básicos fueron lesionados por las desigualdades sociales imperantes, se acerca peligrosamente al “anarquismo”.

Esta asociación del abolicionismo con el anarquismo no es antojadiza: su objetivo último es asociarla al “caos” social, al desorden; a la constitución de una democracia restringida, donde los delincuentes son liberados y vuelven a atacar al cuerpo social. Y el mayor difusor de esta teoría es, a decir de Grondona, el mismísimo integrante de la Corte Suprema de Justicia, Dr. Eugenio Zaffaroni, quien ha sido responsable de formar ideológicamente a un gran número de jueces que, educados en esta doctrina, la  ejecutan a la hora de dejar en libertad a los delincuentes, erosionando los pilares básicos del ordenamiento jurídico.

El grito de guerra de la criminología mediática se hace oír en la voz de sus intelectuales del orden conservador: eliminando a la escoria social, las garantías penales son potestad de un “nosotros” restrictivo, que debe ser vigilado para ser salvaguardado; así el espíritu de su proclama puede resumirse en la siguiente frase publicada en La Nación: “Es imperioso, pues, que la policía gane en número y calidad de recursos humanos y técnicos para combatir exitosamente  el delito y recupere así la confianza de la ciudadanía, que hoy se encuentra inerme”(A merced de la delincuencia, 18-03-12).

Más poder a la policía, más efectivos patrullando las calles, mejores dispositivos de control tecnológico y rigor en la aplicación de las penas son los reclamos de la prensa hegemónica que confirman la consigna de la criminología mediática, que a decir de Zaffaroni “a mayor represión corresponde menor libertad y mayor seguridad”.



FUENTE:
http://www.redobservatorios.org.ar


Sino escuchaste este tema de Agarrate Catalina, no te lo pierdas. Prestale atencion a la letra...Se llama "VIOLENCIA"...



Vengo de la cabeza, soy de una banda descontrolada.
Hoy no me cabe nada, vas a correr porque sos cagón.
Son todos unos putos, unos amargos, unos buchones.
Llaman a los botones; vinieron todos, se quedan dos.

Hoy vas a correr, porque sos cagón. Con el culo roto, porque mando yo.
Voy a salir de caño; ya estoy re duro, estoy re pasado.
Como ya estoy jugado me chupa un huevo matarte o no.
Mi vida es un infierno; mi padre es chorro, mi madre es puta.
Vos me mandás la yuta y yo te mando para el cajón.
Yo soy el error de la sociedad. Soy el plan perfecto, que ha salido mal.

Vengo del basurero que este sistema dejó al costado.
Las leyes del mercado me convirtieron en funcional.

Soy un montón de mierda brotando de las alcantarillas.
Soy una pesadilla de la que no vas a despertar.
Vos me despreciás, vos me buchoneás; pero fisurado, me necesitás.

Soy parte de un negocio que nadie puso y que todos usan.
En la ruleta rusa yo soy la bala que te tocó.
Cargo con un linaje acumulativo de mishiadura.
Y un alma que supura veneno de otra generación.
Yo no sé quién soy, yo no sé quién sos. El tren del rebaño, se descarriló.

Ya escucho las sirenas la policía me está encerrando,
uno me está tirando me dio en la gamba, le di a un botón.

Pasa mi vida entera como un tornado escupiendo sangre,
manga de hijos de puta me dieron justo en el corazón.

domingo, 4 de marzo de 2012

*Si el norte fuera el sur*


 

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