Por Ariel Garbarz *
"La política de subsidios al consumo para
llevar justicia social al transporte público está siendo atacada por una
nueva campaña mediática corporativa, que incluye los inventos
atemorizantes."
No conformes con los resultados de la campaña mediática
corporativa contra la tarjeta SUBE, ahora le imputan violaciones a la
privacidad y a la seguridad ciudadana, con el recurso habitual,
fabricando una mentira y con uno nuevo, falsificando un delito. La
primera fue que la tarjeta sirve para rastrearnos y la segunda que su
base de datos habia sido hackeada por la famosa comunidad hacktivista
Anonymous.
No es cierto. El Estado solo registra el uso que
hacemos del transporte público de pasajeros . No registra cada uno de
nuestros movimientos, por donde nos trasladamos, ya sea caminando,
tomando un taxi ó cualquier otro vehículo no público. Los celulares en
cambio, que poseen casi todos los pasajeros que usan la tarjeta SUBE, sí
son los que dejan registros de todos nuestros movimientos por GPS ó por
triangulación de antenas. Una técnica que todas las prestadoras
telefónicas pueden realizar y peor aún que registrar los trayectos,
permite localizarnos en cualquier lugar donde estemos con el celular
encendido . Como agravante esa información es manejada por empresas
privadas generalmente multinacionales y no por el Estado, al cual ya le
hemos confiado datos mucho más sensibles que nuestros recorridos en
colectivo, tren o subte.
Al sacar DNI, cédula, pasaporte, y al hacer
compras registrables ó usar tarjeta de débito ó crédito, dejamos
obligadamente información privada en bases de datos tanto oficiales como
bancarias privadas, domicilios, actividad laboral, bienes muebles e
inmuebles, capacidad económica , compras, créditos , deudas, etc. Nada
de esto es mencionado por el autor, siendo que es especialista en el
tema de acceso a la información y derechos civiles.
La publicación
de Clarín, luego de reconocer que con “la vinculación de cada tarjeta a
una persona real, es posible que ésta pueda solicitar la suspensión de
su tarjeta en caso de extravío o pedir su reemplazo”, afirma que es
falso que para ello sea necesario el DNI . Dice que “podría realizarse
mediante un sistema de usuarios y contraseñas no vinculado a nuestro
documento de identidad ”. El columnista sabrá de tecnologías de la
información pero carece de un elemental sentido común y social . Una
gran parte de los aproximadamente siete millones de usuarios de
transporte público no usan ni registran en su vida cotidiana user names y
paswords . No los recordarían y obligarlos a usar claves sería
complicarles la gestión en lugar de simplificarla.
Interesante como
Clarín destaca en el copete de la nota la frase “No es necesario saber
quienes viajan y el Estado no les ha dicho a los usuarios por qué desea
saberlo”. La sinceridad del columnista traiciona la actitud tendenciosa
del medio cuando él mismo se responde “ que esa información serviría
para mantener un esquema de subsidios diferenciado por la situación
económica de cada usuario”.
LA BASE DE DATOS DEL SUBE NO FUE
HACKEADA. También el diario La Nación, durante tres ediciones
electrónicas consecutivas de la semana pasada (30/1, 1/2 y 2/2) en sus
secciones Información, Economía y Tecnología, difundió una falsa
noticia, de la que se hicieron eco numerosos portales periodísticos:
“Anons.ar, un grupo de hackers argentinos que dice formar parte de
Anonymous, expuso en Internet los registros de viajes SUBE”. La Nación
insiste al día siguiente : “fue publicado en Internet tras una
filtración generada por Anons.ar”.
No existió ningún hackeo,
exposición ó filtración de los auténticos registros de SUBE. Es falso
que “Anonymous SUBE viajes” como también y lamentablemente tituló
Página/12 una nota de la edición impresa del 31 de Enero, acompañando el
coro de medios que en el mejor de los casos, no chequearon información
originada en un comunicado anónimo del grupo Anons.ar, que en su Twitter
publica el listado supuestamente obtenido por violación de la base de
datos oficial.
El grupo hacktivista Anonymous también usa canales de
Twitter para sus comunicados vinculados a acciones en cualquier pais y
en ninguno de ellos informa nada respecto de la tarjeta SUBE. Ese
comunicado de Anons.ar efectivamente muestra de ejemplo una copia del
listado de registros de viajes. Pero lo que ninguno de estos medios
chequeó es que esa lista se puede obtener directamente de la página
oficial www.sube.gov.ar con solo
ingresar los números de las tarjetas SUBE en la opción MIS VIAJES.
Lo
más relevante es que la lista de los transportes utilizados por mil
usuarios publicada en Internet no contiene identificaciones de los
titulares de las tarjetas, ni sus DNI ni sus nombres y apellidos. En
cambio esa información personal sí la poseen los auténticos registros de
la base de datos del SUBE. Cualquier particular , lejos de ser hacker,
ni menos aún integrar el célebre grupo Anonymous, puede ingresar un
conjunto de números de tarjetas y armar el listado publicado en
Internet. Los números de tarjetas están disponibles en los centros
proveedores donde trabajan mil empleados con acceso a esa data. Pero no
tienen forma de identificar a que persona corresponden los viajes
encontrados.
COMO HICIERON LA FALSIFICACIÓN. Analizando el
listado publicado en Twitter por Anons.ar bajo el titulo #OpTango se
deduce que habrían generarodo los números de tarjetas SUBE en forma
algorítmica, tomando los primeros ocho dígitos comunes a todas ellas
(60612670), para luego agregarles los siguientes ocho dígitos en forma
creciente desde el 6061267025124726 hasta el 6061267025136803.
Ingresando cada numero de tarjeta en la opción mis MIS VIAJES de la web
oficial obtuvieron grupos de 10 viajes por cada tarjeta y los subieron
solo modificando el formato de consulta pública por uno matricial de
tipo DOS o Uníx, con fondo negro y caracteres blancos, para que parezca
un hackeo.
Este recurso de falsificación de un real ataque
teleinformático se denomina FAKE en la jerga de seguridad TICs
(tecnologías de la información y las comunicaciones). No hubo ruptura de
ningún nivel de protección del sistema. También es falso que Anons.ar
omitió DNI ó nombre y apellido para proteger a los usuarios. La verdad
es que nunca tuvieron esas identificaciones personales porque no
hackearon la base de datos del SUBE.
La política de subsidios al
consumo para llevar justicia social al transporte público , reemplazando
a la vieja política de subsidios a la oferta , que durante décadas
sostuvo privilegios empresarios, está siendo atacada por una nueva
campaña mediática corporativa , que ahora incluye los inventos
atemorizantes.
Intentan instalar en el imaginario colectivo a un virtual Estado controlador y avasallante de la vida privada que no solo manipula , sino que descuida nuestros datos personales, los que caen fácilmente en manos de hackers internacionales. Montándose en la alta sensibilidad a la violación a estos derechos ciudadanos y el creciente movimiento global en su defensa , lograron arrastrar a la comunidad hacktivista y a sectores del progresismo y de la izquierda detrás de una lucha contra un objeto imaginario . Apresurados a oponerse al gobierno, no alcanzaron a visualizar la trampa y cayeron en ella.
* Ingeniero en Telecomunicaciones. Director de Relevamientos y
Proyectos de Argentina Conectada. Coordinador del Programa Nacional de
Seguridad Teleinformática.
FUENTE:
http://tiempo.infonews.com/notas/falsedades-y-falsificaciones-contra-tarjeta-sube
Si a mí me tienen que rastrear por el celular están perdidos ya que siempre me lo olvido en casa o no lo encuentro cuando tengo que salir.
ResponderEliminarComo siempre, las corporaciones quieren transmitir miedo para confundir. Y los que se quejan de ésto, nada dicen cuando te llaman permanentemente por teléfono de distintos bancos u otras empresas que jamás uno operó, para ofrecerte algún servicio. Me parece bárbaro que se difunda esta noticia que pusiste en tu blog. Un abrazo! Viviana.
ResponderEliminar